La internacionalización de las relaciones económicas ha traído consigo la asignación de empleados a proyectos en el extranjero que por su complejidad y variedad representa uno de los mayores retos a los que se enfrenta una pyme y su equipo de RRHH.
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La anticipación y la planificación son claves para minimizar las dificultades. Anticiparse identificando los perfiles idóneos para las asignaciones internacionales y no basándose únicamente en conocimientos técnicos sino teniendo en cuenta otros aspectos como pueden ser la flexibilidad, comunicación, aprendizaje, orientación a resultados, capacidad de adaptación e idiomas entre otras. La anticipación también pasa por redefinir las políticas de formación y selección para adaptarlas a la política corporativa de internacionalización. Realizar un estudio detallado de los aspectos fiscales, laborales, de seguridad social y migratorios que afectan a cualquier proceso de movilidad internacional es clave para realizar una buena planificación de la asignación internacional.
La contratación del talento local para la consolidación de los procesos de internacionalización a medio y largo plazo, es otro de los grandes retos. No solo hablamos del área de selección sino también de formación, compensación y desarrollo.
A la hora de internacionalizar, la dirección de RRHH también debe gestionar el cambio cultural y organizativo así como establecer un plan de comunicación y de gestión de las exceptivas, las buenas prácticas en este campo son muy valoradas por los empleados y tienen una conexión directa con la motivación y el compromiso.
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